El mundo se nos muestra a través de muchos sentidos, no solo los cinco que reconocía Aristóteles:
Olor, sabor, tacto, oído o vista.
Degustar una buena comida, un buen jamón como el nuestro involucra al espíritu, a la reflexión. Nos provoca emociones y sensaciones nuevas o ya experimentadas anteriormente al evocar sabores de la infancia, momentos mágicos. Nos trasmite felicidad, nostalgia, humor, provocación e incluso cultura o filosofía.
Hay un nuevo componente en la gastronomía: el intelecto, la capacidad de disfrutar degustando un alimento no sólo con el paladar sino también con la inteligencia. El cerebro también come. Un sentido más puede estar ahí presente. Degusta nuestro jamón Pura Raza y encuentra esa sensación nueva o recurrente.
Degustar una buena comida, un buen jamón como el nuestro involucra al espíritu, a la reflexión. Nos provoca emociones y sensaciones nuevas o ya experimentadas anteriormente al evocar sabores de la infancia, momentos mágicos. Nos trasmite felicidad, nostalgia, humor, provocación e incluso cultura o filosofía.
Hay un nuevo componente en la gastronomía: el intelecto, la capacidad de disfrutar degustando un alimento no sólo con el paladar sino también con la inteligencia. El cerebro también come. Un sentido más puede estar ahí presente. Degusta nuestro jamón Pura Raza y encuentra esa sensación nueva o recurrente.